domingo, 4 de abril de 2021

 


ABRIL 2021.
INICIO. En la bella provincia de San Martín del Valle se encuentra la hacienda El Madrigal, de la que Ignacio Santiniesta escapa a toda prisa en su auto, despertando preocupación en su madre, Miriam, quien teme a que tenga amores con una chica que no sea de su posición. Él se dirige hacia Agua Dulce, el pueblo donde la hermosa Verónica Rangel hace entrega de los manteles que ella y su familia bordan. Se encuentran a orillas de la laguna y allí prometen que estarán juntos para siempre. Esto hace que Eva, la puritana hermana de la muchacha, la repruebe y la acuse de comportarse como una cualquiera, situación que causa gracia a su tía Rosaura, quien cuida de ellas desde que son huérfanas y sabe que la menor de sus sobrinas se quedará sola por soñar con imposibles, así como que es una envidiosa que no soporta verla feliz a Verónica, quien por su belleza se ha vuelto la obsesión del viejo Caralampio Urquijo, quien muchas veces ha ofrecido dinero a la tía para que se la venda, por lo que Eva la presiona para que acepte, situación que molesta a Yolandita Leiva, la única amiga de Verónica y quien sabe que Eva la envidia profundamente. Por ello habla con Rosaura, a la que asegura que su malvada sobrina y Caralampio se han puesto de acuerdo, pues sabe que han hablado. Cansada de la situación, la tía enfrenta a los cómplices, al descubrirlos juntos, y les propone que sean ellos quienes se casen, pues se merecen el uno al otro. Eva enfurece y busca a Ignacio para proponerle que escapen juntos y se olviden de su hermana. Él la besa y tras hacerle el amor le asegura que no puede dejar a ninguna pues las ama a las dos. Cuando Eva le exige que le diga a cual de las dos ama más, éste le da a entender que la dueña de su corazón es Verónica y que a ella solo puede tenerla como amante. Desde ese momento el odio de Eva hacia su hermana crece aún más y la trata con desdén. Verónica se sorprende cuando al desahogarse con Yolandita esta le dice que Eva está enamorada de Ignacio. La chica cuestiona a su hermana, quien niega que sea verdad, pero Rosaura las sorprende y habla a solas con la villana, a quien dice no dudar que haya puesto los ojos en el novio de su hermana. Eva jura a su tía que si insiste en fastidiarla lo lamentará, revelando que la odia, mientras que Ignacio insiste a la menor de las Rangel para que sea suya prometiendo que dentro de poco se casarán pues ya ha hablado con su familia y quieren pedir su mano. Ilusionada, la chica se entrega a él. Luego se muestra feliz e ilusionada ante Rosaura, a quien muestra el anillo con que el chico le pidió matrimonio, llenando de envidia a Eva, de quien la tía se burla, diciéndole que mientras más envidie a su hermana más grande será su sufrimiento.

Al poco tiempo Verónica descubre estar embarazada y Yolandita le aconseja que se lo oculte a Eva y se marche lejos con Ignacio, el cual le promete que se casarán pronto y por esa razón termina con Eva, quien se resiste a aceptar que él haya preferido a su hermana. Lo amenaza con divulgar su relación y él la abofetea y la reta a que lo haga y así todos sepan la clase de golfa que es y así mancille su reputación de cristiana puritana. Eva sufre y ante Dios jura que separará a los enamorados. Busca a Caralampio y le hace saber que si él desea el primer hombre en la vida de Verónica, deberá robársela y hacerla suya antes de que se le adelanten. Tras esto se presenta ante los padres de Ignacio para enterarlos del idilio que su hijo tiene con su hermana. Rodolfo, el patriarca, busca a Verónica y le ofrece dinero a cambio de que se marche lejos y la entera de que Ignacio se casará con alguien de alcurnia pero ella no le cree y le dice que está embarazada.

Rosaura se entera del embarazo de Verónica por una indiscreción de Yolandita. Eva las escucha, se estremece con la noticia y tiende una trampa a Caralampio, quien confundido cree que lo mejor es matar a Ignacio y lo apuñala dentro de su auto. El chico llega desangrándose al Madrigal, donde sus padres lo ponen a salvo, mientras que el viejo se presenta ante Rosaura y pide la mano de Verónica, alarmándose cuando la tía le dice que la chica está embarazada y se casará con Ignacio. 

En venganza por su engaño, Caralampio toma a Eva en sus brazos y la hace suya por la fuerza, causándole un gran dolor. Al verla llorar la acusa de ser una hipócrita y le advierte que si llega a decir una sola palabra de lo que pasó el gritará por todo el pueblo que cuando la hizo suya ya no era virgen. Se burla de ella convencido de que ama a Ignacio y por eso ha actuado contra su hermana. Mientras se sirve un trago, ella lo golpea en la cabeza, dejándolo inconsciente, para entonces incendiar su casa, de la que sale percatándose de que nadie la vea a pesar de los intensos alaridos del hombre, quien arde en llamas hasta morir, lo cual Rosaura sospecha que fue causado por Eva, a la que acorrala para que hable. Ella le cuenta que el hombre la violó y le exige que no diga una sola palabra a nadie. La tía entonces da dinero a su sobrina y le pide que se marche lejos pero Eva no desea alejarse de Ignacio y durante semanas acude todos lo días a la iglesia, donde llora su pena, mientras el muchacho sana y busca a su amada para pedirle que huyan lejos. Sin embargo Eva los descubre y da aviso a Rodolfo, con quien fragua un plan para separarlos. Citan a Verónica en un lugar al que otro hombre acude para besarla y son vistos por Ignacio, quien en su dolor es obligado por sus padres a irse del Madrigal. Desde ese momento ninguna de las hermanas Rangel vuelve a saber de él, hasta que un día Verónica ve en el periódico el anuncio de su boda con una mujer de la capital. Se lo muestra a Rosaura y Eva, quien a solas sufre un arranque de locura y acude a la hacienda, donde se las ingenia para informarse acerca del compromiso. Furiosa, consigue un arma de fuego y sale a buscarlo a la capital, sin darse cuenta de que su hermana la sigue. La villana aparece ante el chico y jura que si no es para ella, no será para nadie. Perturbada, le dispara directo al corazón, arrancándole la vida. Suelta el arma y en ese momento entra Verónica, quien no puede creer lo que su hermana ha hecho. Eva llora y le jura que solo quiso vengarla y hacerle pagar a Ignacio por su engaño. Desesperada, Verónica pide a Eva que regrese a casa y no se deje ver por nadie al salir de la iglesia, pues ella se hará responsable de lo sucedido. Eva sale sin percatarse de que alguien, en secreto, la ha visto, mientras que, tras ser sorprendida sosteniendo el arma homicida, Verónica es enviada a la cárcel y Rodolfo mueve sus influencias para que sobre ella recaiga todo el peso de la ley pues la mujer se declara culpable por lo que es condenada a treinta años en prisión. Esto no lo acepta Rosaura, quien exige a Eva que le diga qué sucedió. La malvada sobrina asegura que su hermana es una asesina.

Miriam y Rodolfo se obsesionan con su nieto por lo que él le propone a Verónica que, al dar a luz, se lo entregue. La reclusa se niega y jura que ni el hombre ni su mujer sabrán del nieto al que rechazaron aún sin nacer. La presa sufre y se desahoga con Rosaura, quien le hace comprender que Eva es mala. Atan cabos y llegan a la conclusión de que la villana le tendió una trampa a su hermana. Por ello la tía exige a su sobrina que se entregue o de lo contrario ella la entregará. Acorralada, la malvada Eva sigue la corriente a su tía, a la que pide que tomen el autobús de noche. Prepara un brebaje que pone en la bebida de la mujer, quien se la toma, feliz, durante todo el camino, hasta dormirse, por lo que Eva desciende del autobús en plena carretera y toma camino a pie. Al llegar a la capital, el conductor de la unidad y otros pasajeros se asustan al descubrir que Rosaura está muerta, por lo que Verónica no vuelve a saber más de su tía ni de su hermana. Al poco tiempo da a luz y Rodolfo mueve todas sus influencias para que le hagan creer que su hijo y se lo entreguen a él. La muchacha sufre irremediablemente y teme a que algo haya sucedido pues no le permiten ver el cadáver de su hijo. Al paso de unos meses recibe una carta de Eva, quien le confiesa cuanto la ha odiado siempre y que ella fue amante de Ignacio durante mucho tiempo y que también lleva en sus entrañas un hijo suyo. Verónica llora y se desahoga con Yolandita, quien la alienta para que diga la verdad y sea su hermana quien pague por la muerte de Ignacio. Sin embargo a la presa no le quedan más ganas de vivir y cree que lo mejor será vivir encarcelada, agonizando lentamente pues sin su tía, sin su hijo y sin su amado, la vida no tiene sentido.


MUCHOS AÑOS DESPUÉS:
En la cárcel, Verónica se sorprende cuando el juez la manda a llamar y delante del licenciado, Hernán De la Fuente, le dice que queda en libertad. La mujer llora envuelta de felicidad y al salir de prisión da un fuerte abrazo al abogado y Yolanda. Celebran haciendo compras y cenando, sin embargo Verónica no hace más que pensar en la noche en que dio a luz y escuchó el llanto de su hijo. Se sorprende cuando su amiga le dice que ha hecho amistad con un investigador que le ha informado que hace muchos años Eva se dirigió al Caribe, de donde nunca más regresó. La ex presidiaria cree que debe buscarla y a pesar de la oposición de Hernán acepta la propuesta de Yolanda para entrar a trabajar en el club para caballeros, presentándose como Michelle Leblanc. El abogado, enamorado de ella, reprocha a Yolanda el haberla orillado a aceptar tal trabajo. Al saberlo, Verónica le aconseja que no se confunda y se busque una mujer distinta a ella, que bajo su nueva identidad en poco tiempo vuelve locos a los millonarios que entran al club, el cuál cada vez es más popular y exclusivo, razón por la que se ha ganado la envidia de Fedra Rubiales, una compañera que no pierde la menor oportunidad para tenderle trampas que no la perjudican pues los hombres la admiran. Todo empora cuando al club se presenta Luciano Dumont, Barón de Rinaldi, al que Fedra desea atender por sobre todas las cosas pero en cuanto este ve a Michelle decide que sea ella la única que lo acompañe. Descubre que la mujer no es como las demás en el lugar y decide ganarse su confianza. Fedra se entromete para intrigar y asegurar que Michell no es más que una vulgar asesina. El hombre cuestiona a su acompañante, quien llora y a solas le confiesa todo por cuanto ha atravesado. Él le propone su amistad, pues cree en ella. Se atreve a besar su mano y Fedra enfurece, por lo que Yolanda se ríe de ella, más cuando al paso de un tiempo el Barón le pide a Michelle que lo acompañe al caribe pero no como su acompañante, sino como su esposa. Ella se resiste y pide consejo a su amiga, quien la alienta para que acepte. Fedra las escucha y acude a Luciano para despotricar contra su rival. Este la echa de su presencia luego de decirle que nada evitará que Michelle se convierta en su esposa y con ello en la baronesa de Rinaldi.

Tiberio, el hombre de confianza de Tiberio, hace saber a Yolanda que en el caribe Michelle podrá hacer justicia, pues Luciano ha descubierto que allí vive Rodolfo y Miriam Santiniesta. La prostituta se lo hace saber a su amiga, quien habla con el Barón y este le ofrece su ayuda para recuperar a su hijo. Convencida de que necesita de alguien con mucho poder, como el Barón, Verónica decide casarse con él, llenando de envidia a , quien la maldice y desea lo peor, y destrozando por completo el corazón de Hernán, quien se muestra resentido. Al paso de seis meses los prometidos se casan en una hermosa ceremonia y Verónica jura que ya nada evitará que sepa lo que sucedió con el hijo que le impidieron conocer y necesita de mucha fuerza, por eso pide a Yolanda que ella también abandone el club y la acompañe siempre, pues también desea dar con el paradero de Eva. Visita su vieja casa, en Agua Dulce, y llora por los recuerdos. Lleva flores a la tumba de la tía Rosaura y Luciano le promete que la ayudará a recuperar su vida y a su hijo y le hace saber que dentro de poco viajarán al caribe.

Después de muchos años, José Miguel Santiniesta vuelve a Isla Dorada, pero acompañado de su mejor amigo, Ulises De la Vega. Miriam y Rodolfo lo reciben junto al padre Asís, quien asegura al matrimonio que hará de su nieta, Cristina, una ferviente sierva de Dios, cuando esta ingrese en el convento, sin sospechar que ella ha puesto los ojos en el amigo de su hermano. Con la familia vive el ama de llaves, Ángela Mejía, a quien Miriam exige que no muestre afecto desmedido hacia su nieto, pues debe recordar cuál es su posición. La empleada segura que nunca lo olvida y que ambas tienen un pacto que ninguna puede romper. Luego intercede por Cristina, pues sabe que la chica no quiere ser monja pero la abuela ya ha tomado la decisión y pide a la empleada que no se entrometa, o la echará. 

Esta jura que un día Miriam y Rodolfo se las pagarán por tratarla de la manera que lo hacen. Busca a Cristina y la escucha suplicar a su hermano, José Miguel, que la ayude, pues no desea convertirse en monja. Él jura que evitará que la envíen al convento. La muchacha coquetea con Ulises, a quien Miriam advierte que se aleje de ella y no intente consecuentarla, pues será religiosa aunque no lo deseé.

Luis David Salamanca es un apuesto ingeniero atormentado por el abandono de la mujer a la que amó y que le arrebató todo dejándolo en la ruina. Ha llegado a Isla Dorada para ultimar detalles de la construcción de una majestuosa mansión que a todos los habitantes ha intrigado, siempre supervisado por Adriana De Icaza, una mujer implacable pero atractiva que ha puesto los ojos en el hombre, a quien acompaña su hermano, Diego, quien cree que en ese paradisíaco lugar ambos encontrarán a la mujer de sus sueños. Pronto conoce a Cristina y ante el rechazo de Ulises a esta, empiezan a tener encuentros que descubre Miriam, la cual presiona al padre Asís para que su nieta ingrese en el convento, situación que hace que la chica la enfrente. Cuando Miriam está a punto de abofetearla, José Miguel lo impide y le prohíbe que vuelva a tocar a su hermana, así como le hace saber que no permitirá que la envíen a un convento. Rodolfo intenta hacer ver a su nieto que su hermana necesita reformarse pero, el muchacho ya ha tomado una decisión y desahoga su enojo con Ulises, al que se aferra, siendo vistos por Ángela, quien consuela a Cristina pues siempre han sido muy unidas. Busca al padre Asís y le cuenta todo, así como estar decidida a lo que sea con tal de que Cristina sea feliz, pues esta no tiene vocación y es presionada por Miriam, quien así desea controlarla. El sacerdote hace saber a los abuelos que no actuará sin que sea su propia nieta quien le pida ingresar con la religiosas, pues debe estar convencida de su vocación. Esto enfurece a Rodolfo, quien promete meter en cintura a Cristina, a como de lugar. Por esto Ángela pide a Ulises que huya con la chica y cuando este se resiste, le dice saber su secreto y estar dispuesta a delatarlo. Él la toma del brazo y le asegura que no permitirá que se entrometa en su vida pero la sirvienta es capaz de todo y asegura a José Miguel que vio a su amigo con un hombre, besándose en la playa. Los chicos discuten y Ulises asegura que todo se trata de una mentira de la empleada, quien a solas llora ante José Miguel y le jura que lo que le dijo es verdad. Luego busca a Diego y le cuenta lo que desean hacer con Cristina, por lo que lo ayuda a armar un plan para que se fuguen. Sin embargo José Miguel lo impide para enfrentar a su abuelo, al que amenaza con llevarse a su hermana a donde nunca más los vuelvan a ver. Rodolfo no tiene más remedio qué aceptar y asegura a Miriam que entonces casará a Cristina con alguien que le convenga, pues está cansado de su irresponsabilidad.

Luciano y Verónica llegan a Isla Dorada y Adriana les da la bienvenida, mirando y tratando con indiferencia a la recién llegada. Ante ellos aparece Luis David, se sorprende al ver frente a él a la baronesa. Agradece al Barón el darle el trabajo de construir su casa. Luego de hablar con su asistente, Adriana, Luciano ofrece al ingeniero que trabaje para él, pues desea construir, a petición de su mujer, un hotel-casino muy exclusivo. El hombre acepta.

Verónica sufre por el recuerdo de su hijo y Yolanda la alienta para que mire hacia adelante. La sufrida madre desea encontrarse con los Santiniesta pero su amiga le aconseja que espere a la inauguración del hotel, donde su marido la presentará y todos sabrán quién es ella ahora. La baronesa da un paseo por la playa de la mansión, donde se topa con José Miguel, quien la sorprende llorando. Intimidada ante su presencia, se marcha y él acude a un bar, donde descubre a Ulises besándose con un apuesto hombre. Los amigos tienen una discusión y el infiel amenaza con desenmascarar a su enamorado ante su familia, si no le da dinero suficiente. 

Esto lo ha escuchado Ángela, quien al saber que Ulises se marchará y ha recibido el dinero que deseaba, lo engaña diciéndole que un apuesto hombre lo buscó y lo ha citado en la selva, a donde el inocente acude con todas sus cosas sin sospechar que todo se trata de una trampa de la mujer, quien lo empuja a un pantano en el que se hunde, sin sospechar que alguien la ha visto. La supuesta partida de Ulises llena de dolor a José Miguel, que conoce a Guido Laguardia, un apuesto muchacho con el que se desahoga y le ofrece su amistad. Lo invita a su casa y al conocerlo Miriam cree que ese chico es justamente el marido que necesitan para Cristina, pues es de buena cuna y su madre, Olivia, es una mujer de sociedad.

Ángela consulta a la bruja Naganga, quien le dice que su pasado la acecha y sus secretos se descubrirán. Le entrega un poderoso talismán de protección y le revela los rituales que tendrá que hacer para matar a “la reina”, la mujer que ha llegado desde lejos para hacer justicia. Ángela exige que se le diga quién es esa mujer y se asusta cuando, poseída por un demonio, la bruja le dice que esa mujer se llama Verónica. La consultante sale a toda prisa del lugar y maldice a la mencionada, esperando que esta nunca salga de la cárcel. Se atormenta al creerla libre y se comunica a la cárcel , enterándose así de su liberación.

Adriana asegura a Tiberio que Verónica no está a la altura del Barón y solo terminará con su bien prestigio, el cual ella ha mantenido como lo primordial de su vida. Tiberio pide a la asistente que acepte que ha perdido, pues nunca pudo entrar en el corazón del Barón.

Verónica y José Miguel vuelven a encontrarse y él siente una conexión con ella, pues le ha inspirado paz y tranquilidad. Intenta acercarse pero ella lo rechaza. El muchacho entonces acude a Guido, quien le cuenta del romance entre Cristina y Diego, a quien el hermano apoya luego de que el enamorado le asegura querer a la chica. Sin embargo Miriam se opone a la relación, por lo que la nieta le grita el odio que siente hacia ella y cuanto desearía tener una madre, aunque fuera una asesina. La abuela la mira con dureza y le dice ser una entraña tan mala como la mujer que la engendró. Rodolfo la calla y abraza a su nieta, a la que pide que cambie y deje de causar problemas. Ella sin embargo solo se siente comprendida por Ángela, quien la envenena contra la abuela y a su vez se pregunta por Vérónica, esperando que nadie sepa nunca que ella es Eva.

Verónica conoce a Olivia, quien le ofrece su amistad y asegura que en ella puede encontrar a una amiga. La baronesa luego tiene diferencias con Adriana, quien no la deja opinar sobre la decoración del casino. La baronesa pone a la empleada en su lugar y es apoyada por Luis David, con quien hace buena mancuerna, aterrándose cuando comienza a sentir algo por él, mientras que su oponente intriga en contra suya ante Luciano, quien aconseja a la asistente que tenga buena relación con la baronesa y no lo haga decidir entre las dos. Adriana se desahoga con Tiberio, al que jura que le pondrá el pie a Verónica para que el Barón de Rinaldi se desilusione y comprenda que cometió un error casándose con ella. Los ha escuchado Yolanda, quien advierte a su amiga de lo que le espera. Verónica asegura que si Adriana quiere guerra, la tendrá. Para ello se vale de Luis David, quien en un momento de debilidad le cuenta sobre el abandono de su mujer y como esta le quitó todo. La mujer lo toma de las manos y le promete que lo recuperará ahora que trabaja para Luciano, el cual sufre un ataque al corazón en compañía de Tiberio, al que suplica que no diga a nadie que dentro de poco morirá ni que se casó para no dejar su fortuna en manos de su perverso medio hermano Bruno Rossano. Un irresponsable que no hace más que mal gastar el dinero en viajes, mujeres y una hermosa esposa que un día estuvo enamorada de él, pero ahora lo odia por completo. Las cosas se le complican cuando Aldo, un apuesto muchacho, aparece ante él y le dice que es su hijo y desea vivir con él. 

El hombre lo rechaza por completo y, ante una indiscreción de Tiberio, Adriana entera al hombre de la boda de su hermano y la apertura del hotel. Este viaja a Isla Dorada en compañía de su esposa, Penélope Balmori, y Sergio, el hermano de esta. Se lleva una fuerte impresión al conocer a Verónica, a la que felicita por ser la Baronesa y a la que acusa de ser una oportunista a la que su hermano utilizó para no darle a él un solo centavo de su herencia. La mujer le contesta con una fuerte cachetada y es vista por Luciano, quien no hace nada por defender a su medio hermano pero en privado pide prudencia y paciencia a Verónica, quien es advertida por Adriana de lo implacable que es Bruno y del error que cometió al avergonzarlo ante la gente.

Diego aconseja a Luis David que no se atormente por el pasado y lo alienta para que ahora que está recuperando su carrera y haciendo dinero, rehaga su vida. Cual es la sorpresa del muchacho cuando al andar por las calles ve a Sergio, por lo que le hace saber a su hermano que quizás su ex mujer se encuentre muy cerca de ellos.

El Gran Hotel de Rinaldi se inaugura y los Santiniesta son invitados. Cual es su sorpresa cuando Luciano agradece a sus invitados y presenta a su esposa, la distinguida señora de la nobleza Verónica Dumont, baronesa de Rinaldi. Los rostros del matrimonio se muestran estremecidos al verla y Miriam sufre un desmayo y Verónica los lleva a ella y el marido a un privado, donde Rodolfo asegura saber quién es ella en realidad. La baronesa no lo niega y les revea que salió de la cárcel mucho antes de cumplir su condena, la cuál pagó siendo inocente. El matrimonio no le cree y la ex presidiaria jura que no descansará hasta dar con la verdadera asesina de Ignacio. Les exige que les diga donde está su hijo y el matrimonio asegura no saberlo. Rodolfo la amenaza y ella le recuerda que ahora es la baronesa de Rinaldi, mucho más rica y poderosa que él, por lo que puede destruirlos. Esto último lo ha escuchado Olivia, quien advierte a Guido que no juegue con fuego y luego vuelve a ofrecer su amistad a Verónica, a quien le cuenta que los Santiniesta no son gente muy querida en Isla Dorada. La baronesa pide a su nueva amiga que le diga todo lo que sabe de ellos y, principalmente, de sus hijos.

MAYO 2021. Luis David se asombra al ver ante él a Penélope, reconociéndose los dos. Ella, descarada, finge no conocerlo pero él la evita y sale a la playa, donde se encuentra a Verónica, quien le dice darse cuenta de lo que sucede y no confiar en ella ni en Bruno, al que Aldo acecha y encara en el hotel. El villano intenta echarlo y le exige que desaparezca pues nunca lo reconocerá. Los ha escuchado Yolanda, quien intenta hablar con el muchacho pero no logra enterarse de nada.

Adriana sospecha que Verónica oculta algo y pide a Tiberio que indague, por lo que este se acerca a Yolanda, la cual no dice una sola palabra y deja claro a la asistente que, si busca meter en problemas a la baronesa, será ella quien salga perdiendo. La asistente ríe y pide a Bruno que se unan para eliminar a Verónica antes de que sea muy tarde. No sospechan que Yolanda sospecha del hombre y se da a la tarea de encontrar a Aldo, al que asegura que la baronesa lo puede ayudar. El muchacho accede y al hablar con verónica, le cuenta la historia de su madre y como Bruno la engañó. La mujer se apiada de él y habla con Luciano, quien tiene una discusión con su hermano y le deja claro que, si no reconoce a su hijo, será el chico quien reciba su mesada. El villano no tiene más remedio que instalar a Aldo en su casa y esto incomoda a Penélope, en quien el ardiente recién llegado pone los ojos y empieza a coquetear con ella a espaldas de su padre.

Tras beber, José Miguel y Guido se recuestan en la playa y los roces hacen que ambos descubran la atracción que sienten uno por otro. Se besan y más tarde José Miguel se cruza con Verónica, a la que dice ser nieto de los Santiniesta. 

Sorprendida, la mujer lo invita a desayunar y al saber que el chico se dedica al arte, le pide que le muestre su obra y él se ofrece a pintarla. Ella acepta con el propósito de acercarse a él, convencida de que es su hijo. Cuando él le dice que tiene una hermana melliza, llora ante Yolanda, a la que dice sentir mucho miedo. Las escucha Adriana, la cual de nueva cuenta intenta intrigar contra su rival ante Luciano, quien le dice conocer el pasado de su esposa y apoyarla en todo cuanto ella necesite.

Ángela se aterra cuando Miriam y Rodolfo le dicen que Verónica se encuentra en Isla Dorada, vuelta una baronesa decidida a recuperar a su hijo y demostrar su inocencia. La sirvienta acude a Naganga quien le dice que los demonios han escapado del infierno y harán presencia en Isla Dorada. Augura mucha correrá mucha sangre a causa de una mujer: La baronesa, quien a su vez habla con el padre Asís, quien asegura que los Santiniesta son intachables. La mujer se encuentra en la iglesia con José Miguel y Cristina y los invita a visitarla en el hotel. Al enterarse, los abuelos de los chicos se oponen y los apoya Ángela, quien asegura a los muchachos que la baronesa es mala y les hará daño. Sin embargo Cristina tiene un roce con sus abuelos y por ello acude a Verónica, quien se las ingenia para sacarle información sobre su familia, entristeciendo al saber cuanta falta les hizo una madre a los muchachos. Visita la casa de sus enemigos y se encuentra con Ángela, a la que reconoce y exige que le diga si su hijo vive. La malvada hermana le jura que su hijo murió y que los mellizos son hijos de otra. Verónica le reclama el haberla dejado en la cárcel pagando por su crimen y haberle mentido siempre. Eva se descara y le recrimina haberle arrebatado el amor de Ignacio, quien la hizo a un lado tras conocerla. Le jura que si se atreve a reavivar el pasado, lo lamentará. Verónica sin embargo no le teme y se muestra fuerte, aterrándola al decirle que descubrirá la verdad y la hará pagar por lo que le hizo. Llora y es sorprendida por Luis David, quien la consuela y le aconseja que sea lo que sea lo que la atormenta, luche para liberarse. La abraza y vistos por Tiberio, el cual se entera a Adriana, quien recomienda al ingeniero que no traicione la confianza de Luciano y enfrenta a la baronesa, acusándola de ser una casquivana. Recibe una cachetada como respuesta y esta vez Verónica le jura que si insiste en molestarla hará que el barón decida entre ambas y saben que es la asistente quien saldrá perdiendo. La resentida Adriana entonces habla con Bruno y le exige que hagan algo o esa mujer tomará el poder antes de que el barón se de cuenta, ya que está perdido por ella. Bruno enfrenta a Verónica y la sujeta con fuerza cuando ella intenta abofetearlo. La besa por la fuerza y los descubre Adriana, quien asegura que el Barón debe enterarse de lo que sucede. Verónica se lo prohíbe y jura que si Luciano escucha una sola palabra de lo que sucedió, le dirá que todo ha sido confabulado por su hermano y su asistente, a los que asegura que no impedirán su felicidad.

Olivia exige a Guido que se aleje de José Miguel pues sabe qué intenciones tiene con el muchacho. Le hace ver que su vida corre peligro si insiste en hacerlo presa de sus caprichos pero el vástago asegura estar realmente enamorado del artista. La madre, angustiada, entonces visita a Miriam, sorprendiéndose cuando esta le dice el interés que tiene en que su Guido y Cristina se casen. Son interrumpidas por el padre Asís, quien entera a Miriam de que sabe la verdad de lo que ella y Rodolfo le hicieron a la baronesa. La feligrés llora y asegura que esa mujer asesinó a su hijo y no podían permitir que sus nietos crecieran en la cárcel . El sacerdote le aconseja que diga la verdad a los muchachos pero la mujer se resiste y jura que nunca se sabrá que uno de ellos es hijo de esa mujer. Se alarma cuando el padre le pide que entonces no lo busque más.

Diego le cuenta a Luis David sobre los problemas de Cristina y como esta confía más en su nana que en sus abuelos. Todo se agrava para la chica cuando Miriam los descubre besándose. Abofetea a la nieta y la acusa de ser una mujerzuela. 

El chico intenta explicar a la mujer que él ama a la chica pero la abuela se niega a escucharlo y lo ofende ya que lo considera poca cosa. Los descubre Luis David, quien defiende a su hermano y asegura que vale mucho la pena. Se sorprende cuando la mujer asegura que nadie que trabaje para la baronesa vale la pena, pues es tan criminal como ella.

Guido busca a José Miguel y le dice estar enamorado de él. El pintor le pide que olvide lo que asó pues está interesado en alguien más. Lleva unos lienzos a Verónica y hablan de lo difícil que ha sido la vida para ella. Él toma la mano de la mujer y le ofrece su amistad y su hombro, para cuando desee desahogarse. La baronesa llora ante Yolanda, pues el corazón le dice que el muchacho es su hijo. Este a su vez entera a su familia que trabajará ella y que es una mujer muy buena. Rodolfo le advierte que esa relación lo puede meter en problemas y calla cuando el nieto le pregunta por qué habla como si la conociera. Se retira y tiene un encuentro con Bruno, con quien hace negocios y el cual se expresa de Penélope como una mujer poco inteligente mientras que ésta, le dice a Sergio estar segura de que el marido le es infiel. El frívolo hermano le aconseja que se haga de la vista gorda mientras el cónyuge les siga dando la vida que siempre soñaron y se busque un amante para saciar sus pasiones. La mujer sale furiosa y se topa con Luis David, quien la acusa de ser una cualquiera y le exige que le devuelva lo que le robó. Ella llora, le pide perdón y le cuenta que usó el dinero para enamorar a Bruno con ayuda de Sergio. El ex marido está dispuesto a decirle al nuevo marido la clase de mujer con la que se casó, pero ella le advierte que el hombre es peligroso y planea matar la baronesa para ser el sucesor de su hermano. El ingeniero advierte a Verónica de lo que está por acontecer y le jura que permanecerá a si lado. Ella le pide consejo a Yolanda, quien le propone contarle todo a Luciano, mas se enteran de su terrible estado de salud por medio de Tiberio, a quien la mujer le ha contado lo que sucede. El empleado sospecha que Adriana es cómplice de Bruno y decide investigar, acercándose más a ella.

Aldo se da cuenta de que Penélope se encuentra sola en casa y por ello se mete a bañar desnudo, en la piscina. La mujer lo sorprende e intenta huir pero el muchacho se lo impide y la invita a nadar con él. Termina besándola, pero ella escapa, nerviosa. Intenta decírselo a Sergio, pero no puede, mas asegura que la presencia del chico no es grata.

Luis David revela a Diego sentirse atraído por la Baronesa, a la que sorprende de manera repentina y le confiesa que desde que la conoció siente que ya no podría vivir sin ella. La besa. Ella le corresponde, pero termina rechazándolo y sale huyendo para entonces llorar en soledad, siendo descubierta por Luciano, a quien le dice tener mucho miedo y sentirse confundida. El barón la abraza y le promete que él la ayudará. Le muestra documentos que confirman que dio a luz a un niño que vive y salió del reclusorio horas después de haber nacido. Verónica está convencida que es José Miguel, quien habla con el padre Asís de lo que siente por la baronesa, con quien el sacerdote habla para enterarla de que el joven artista se siente confundido debido a ella. Ella habla con el pintor, quien la toma de las manos y le revela sentir platonismo, pues la sabe demasiado para él. Los ve Guido, quien hace una escena de celos al chico, por lo que este le exige que se olvide de lo que hubo entre ellos y se de cuenta de que no puede corresponderle.

Olivia pregunta a la Baronesa qué es lo que la une a los Santiniesta y por qué el padre Asís se ha enemistado con Miriam por defenderla a ella. Verónica llora y asegura a su amiga que sabrá todo en su momento. Luego Olivia tiene un percance con Yolanda, quien le exige que no se acerque a la Baronesa pues no confía en ella. Discuten cuando la nueva amiga hace comentarios sarcásticos respecto a Yolanda, quien está a punto de abofetearla pero es detenida por Tiberio.


Decidida a marcharse, Cristina prepara sus maletas, pero Miriam la sorprende y encierra bajo llave, advirtiéndole que si comete una locura Guillermo la casará con el primer partido que encuentre. Culpa a Ángela del comportamiento de la nieta y maldice la hora en que las hermanas Rangel se cruzaron en la vida de su hijo. La sirvienta sonríe malévola y a solas se pregunta qué harán Miriam y Rodolfo si se enteran de que les ha visto la cara, pues Cristina no es hija de Ignacio, sino producto de una violación. Reacciona y sufre pues teme a perder el cariño de la muchacha. Culpa a Verónica de su destino, pues si no se hubiera interpuesto en su camino nada de lo que han vivido habría sucedido. Sale de casa y en la iglesia conoce a Bruno, por el que siente una fuerte atracción. Él se le acerca, la enreda y terminan besándose. Hablan del odio que comparten hacia el barón y la baronesa, por o que deciden unirse para destruirlos. La villana se topa entonces con Yolanda, quien la insulta. Terminan dándose cachetadas y desgreñándose, armando un alboroto. La cabaretera señala a la criada como una asesina, levantando habladurías entre la gente. Al enterarse de esto, la baronesa reprende a su amiga y luego le confiesa que no puede dejar de pensar en Luis David, el cual le atrae demasiado. Las escucha Adriana, la cual trata de advertir a Luciano, pero este cree que se trata de una de sus intrigas y le pide que abandone Isla Dorada. La mujer enfurece y al enterarse por Tiberio que la baronesa hará un viaje habla con Bruno y ambos deciden eliminar a la mujer y pagan a un ingeniero para que haga estallar la avioneta en que viajará. Sin embargo Luciano se siente mal y se ve en la necesidad de viajar y se niega a que su mujer lo acompañe. Lo hace tiberio y al despegar la nave Verónica se estremece al verla estallar en el aire. Llora la muerte de su marido y Adriana y Bruno se estremecen al saber que sus planes fallaron y que ahora está a merced de la baronesa.

Eva maldice a Verónica al saber de la muerte de Luciano, pues cree que la suerte favorece a su hermana y ahora ha quedado viuda y millonaria. Se presenta ante ella para felicitarla y en pleno funeral la acusa de ser una asesina, recibiendo a cambio una fuerte cachetada. Esto lo ha presenciado José Miguel, quien defiende a su nana y cuestiona la pulcritud de la Baronesa, quien intenta explicarle pero el chico no la escucha. La mujer llora amargamente y Sergio se vale de esto para seducirla y sacar provecho. Ella se da cuenta de sus intenciones y sin embargo decide brindarle su amistad, segura de que puede tenderle una trampa y así ayudar a Luis David, quien también desea vengarse de Penélope y le ha revelado a la baronesa quien es esa mujer en realidad. Esta última, a su vez, insiste a Bruno para que mande lejos a Aldo, quien insiste en acosarla, y ante la negativa del marido, discuten. Él cree que ella le es infiel y pide a su hijo que la vigile, el muchacho se vale de esto para presionarla, hasta que por fin logra meterse en su cama.

Yolanda se da cuenta de que Adriana y Bruno actúan de manera extraña y luego los sorprende hablando a escondidas. Molesta a la mujer, intentando sacar información y esta asegura que Verónica es la responsable de la muerte de Luciano, pues si ya asesinó antes, bien pudo encargarse de desaparecer también al marido. Yolanda habla con su amiga de esto y la baronesa entonces descubre que su marido fue asesinado. Pronto en el hotel se presenta Nicandro Córcega, a quien Luciano pone a servicio de Verónica, a la que entera que su hermana tuvo un hijo y que esta fue adoptada por los Santiniesta, por lo que Cristina y José Miguel no son mellizos y así se comprueba que él es hijo de la baronesa, quien pide al recién llegado que ahora trabaje para ella y se convierta en su mano derecha. Él acepta y su presencia perturba a Bruno.

Rodolfo habla con Luis David, quien le asegura que Diego tiene buenas intenciones con su nieta, pero al abuelo eso no le basta y exige al ingeniero que prohíba a su hermano acercarse a la chica, a quien Sergio conoce y se interesa por ella, convencido de que es una rica heredera que lo puede beneficiar. 

Se presenta ante los abuelos de esta, los cuales lo creen un buen partido y alientan a Cristina para que acepte salir con él. Ella lo hace y Diego le advierte que ese hombre es peligroso, logrando solamente que ella se distancie de él al creerlo un mentiroso y celoso. Se refugia en Ángela, quien le propone que ande con los dos y se quede con quien le parezca mejor. Las escucha Rodolfo, el cual reprende a la criada y la corre. Ella amenaza con decirles la verdad a José Miguel y Cristina, pero el viejo no le tiene miedo y le jura que si no se va de Isla Dorada, se encargará de desaparecerla. La villana se ríe de él y lo entera de que ha entregado a alguien un documento en el que cuenta toda la verdad y que, si le sucede algo, todo se revelará, por lo que le da un ultimátum: Hacer que Verónica se marche para siempre, ahora que ha muerto el Barón, y deje sepultado el pasado. Por ello Rodolfo exige a su enemiga que acepte que su bebé nació muerto y se marche, sorprendiéndose cuando ella le muestra las pruebas de que su hijo nació vivo y jura que dará con la verdad y no se tentará el corazón para castigar a quienes se lo arrebataron.

Luis David exige a Sergio que se aleje de Verónica. El ex cuñado se ríe de él, por lo que es golpeado, mientras que a Penélope el ex marido le jura que no descansará hasta que le regrese hasta el último centavo de lo que le robó. Ella reprocha a su hermano el meterla en problemas y este le dice que su ex está enamorado de la baronesa. Esto despierta los celos de la mujer, quien intenta seducir a Luis David y es rechazada, por lo que acude al casino a emborracharse y provocar a Verónica, quien la pone en su lugar, sorprendiendo a Adriana, la cual hace saber a Bruno que su mujer les puede causar problemas, por lo que este discute con la cónyuge al grado de abofetearla. Ella llora y se arrepiente de lo que hizo pues ha descubierto que aun siente algo por Luis David, por lo que rechaza a Aldo, quien le dice estar enamorado de ella. La mujer lo abofetea cuando intenta hacerla suya y le exige que entienda que a ella no le interesan los niños, sino los verdaderos hombres. Él amenaza con contarle todo a su padre y, harta de la situación, la mujer lo empuja a su cama y se desnuda, entregándose fervientemente a él y llamándolo Luis David, por lo que el chico la ha descubierto.

La atrevida Adriana se atreve a besar a Luis David. Es correspondida, pero más tarde él le asegura que todo fue un error y le pide que mantengan su distancia, sorprendiéndose cuando ella le pregunta si está enamorado de la baronesa. Asegura que no, pero ella comprueba que sí.

Seducida por el encanto de Sergio, Cristina rechaza a Diego, quien le asegura que su nuevo enamorado solo juega con ella. No se equivoca, pues el ambicioso hombre la persuade de entregarse a él, con el fin de embarazarla, pero la chica ha sido bien instruida por Ángela, por lo que se resiste. Penélope se entera de esto y reprocha a su hermano estar jugando con la chica. Le pide ayuda para convencer a Bruno de irse de Isla Dorada, pero el marido se niega a marcharse hasta no haber obtenido la herencia de su hermano. Acude a la lectura del testamento del Barón de Rinaldi, quien ha heredado todo a su legítima esposa, Verónica Rangel, y nada a él, a quien su padre adoptó al casarse con su madre, pero no lleva su misma sangre. Se violenta y jura a Verónica que no dejará así las cosas pues esa herencia le pertenece. Luis David defiende a la mujer y Bruno los acusa de ser amantes. Pronto se da cuenta de que sus tarjetas de crédito han sido canceladas y se entera por Nicandro que fue una orden de la baronesa, a la que enfrenta. Ella lo entera de que ahora tendrá que trabajar para ganarse el dinero que está acostumbrado a gastar. En venganza, el malvado Bruno intenta causarle un accidente del que Luis David la salva, situación por la que la toma en sus brazos, confesando haberse enamorado de ella desde el momento que la vio. Ambos finalmente se besan, comprobando así que se aman. 


Con ayuda de Adriana, Bruno esparce por todo Isla Dorada el rumor de que Verónica mandó a asesinar a su marido para heredarlo y compartir su fortuna con el ingeniero. Cuando se enteran, Luis David enfurece pero no Verónica, quien cree que si actúan entonces la gente pensará que todo es verdad por lo que segura de que ha sido Bruno el responsable, lo busca y acompañada de Nicandro le pregunta cuánto dinero quiere a cambio de irse de Isla Dorada. El muy cínico asegura quererlo todo, incluyendo el hotel y la mansión.

Sergio festeja por el atrevimiento de su cuñado y asegura a Penélope que cuando este obtenga toda la fortuna de Luciano ellos serán inmensamente ricos. La mujer se emborracha y al estar a solas ríe asegurando que los ha engañado a todos, pues posee toda una fortuna y se ha gastado la de Bruno sin que éste se de cuenta. Busca a Luis David para intentar seducirlo y es descubierta por Adriana, quien le advierte que no juegue con fuego pues si Bruno se entera de su traición no dudará en eliminarla.

Aldo intenta hacer amistad con José Miguel pero no tiene el tacto por lo que es rechazado. Habla con su tío, el barón, a quien le pide apoyo con trabajo, sorprendiéndose cuando el hombre le ofrece un puesto muy inferior que el chico acepta, sin más, pues planea acercarse a la alta sociedad y sacar provecho de esto.

A pesar de los reproches y todos los intentos de Olivia, por hacerlo comprender, Guido no deja de pensar en José Miguel y asegura a Diego estar enamorado y decidido a conquistarlo. Lo busca y le pide que hablen, por lo que finalmente se reconcilian. Esta relación la descubre Eva, quien ríe, malévola, pues ahora tiene un arma con la cual darles un golpe muy profundo a Miriam y Rodolfo. Se preocupa cuando Diego le cuenta quien es Sergio en realidad y la mujer intenta advertir a Cristina, quien la ignora pues el hombre ha sabido enredarla, razón por la que se entrega a él y busca a la baronesa para contárselo. Esta también le pide que se aleje del hombre y desahoga con Luis David la verdad de su preocupación por los hermanos Santiniesta, así como la seguridad que tiene de que José Miguel es su hijo.

Rodolfo y Miriam se enteran de que Cristina está embarazada. El abuelo enfurece y busca a Bruno, al que su cuñado le responda a su nieta, casándose con ella, decepcionándose cuando el socio le dice estar dispuesto a obligar a Sergio, pero que éste no tiene nada, ya que siempre ha vivido a expensas suyas. Rodolfo entonces descarga su furia contra Cristina, a la que abofetea vilmente acusándola de ser una zorra y a la que desde ese momento desconoce como hija, por lo que la corre de su casa a pesar de los ruegos de Ángela para que la chica no se vaya. La nieta sin embargo toma sus cosas y a pesar de las súplicas de José Miguel, en medio de una tormenta se va a pie de la casa, mientras que Miriam culpa a Ángela de ser la causante de la deshonra de su familia, pues la muchacha resultó ser tan mala entraña como ella. Interviene José Miguel, el cual reprocha a sus abuelos ser tan duros y no comprender a su hermana, la cual los necesita ahora, más que nunca. Miriam busca a Verónica y la culpa de aconsejar a su nieta, sorprendiéndose cuando la baronesa le revela que siempre ha estado engañada y que la chica no lleva su sangre, pues Eva los engañó a ella y Rodolfo. La mujer cuestiona a la sirvienta, quien acepta el engaño. Discuten y las escucha José Miguel, a quien la abuela le dice que Cristina no es su hermana, sino la hija de la criada. Por otra parte la chica le ha pedido ayuda a Diego y ha pasado la noche con él. AL saber esto, Verónica le ofrece una habitación en el hotel, donde la instala. Esto hace que José Miguel vuelva a acercarse a la baronesa, quien promete cuidar de su hermana. Él le confiesa que Cristina no lleva su sangre y la mujer logra consolarlo a tal grado que él le besa la frente, asegurando que es una santa. 

Esta amistad hace que el chico discuta con Rodolfo, quien lo corre de la casa a él también y revela a Miriam estar arrepentido de haberse hecho cargo de los bastardos de las hermanas Rangel. Luego de esto corre de su casa a Eva, quien para marcharse exige una fuerte cantidad de dinero y busca a Cristina para convencerla de que la baronesa es una asesina que no solo mató a Luciano, sino a otro hombre, en el pasado. Detrás de ella aparece Verónica, quien pide a la mujer que cuente a la chica toda la verdad, incluyendo la de su madre. Eva tergiversa todo y asegura que su enemiga siempre ha sido una zorra. Esta la abofetea y la echa de su mansión con sus propias manos para entonces confesar a Cristina y José Miguel que ella y Ángela se conocen muy bien desde hace muchos años y por ello la sabe perversa.

JUNIO 2021. Adriana habla con Nicandro sobre su situación y este le aconseja que no guarde rencor a la baronesa solo porque Luciano puso los ojos en ella a pesar de ser una ex convicta y trabajar en un cabaret. La asistente del Barón llora y revela no poder arrancarse el amor que ha sentido siempre, incluso ahora que el difunto no está. El amigo la abraza y le ofrece buscarle un buen trabajo con alguien importante, pues solo yéndose logrará olvidar lo que tanto le atormenta. Ella lo consulta con Bruno, quien se niega a que se marche ya que ella le provee el dinero que Verónica le niega. La mujer sin embargo se niega a seguir ayudándolo y decide que hablará con la baronesa y se marchará. Exaltado, Bruno la ahoga en la alberca de su casa y al reaccionar, asustado, pide a Sergio que lo ayude y ambos la arrojan al mar, haciendo que todo parezca un suicidio.

Ángela pide a José Miguel que hable con Sergio, al que el chico exige que asuma su responsabilidad con Cristina y el hombre asegura que la chica es una cualquiera que así como se entregó a él pudo entregarse a cualquiera. El muchacho le suelta un puñetazo que presencia Penélope, la cual reprocha a su hermano el burlarse de las mujeres. Ante ellos aparece la misma Cristina, quien con llanto le jura a Sergio que el hijo que espera es suyo. Él la saca de la casa a empujones y le exige que nunca más lo vuelva a buscar pues no se casará con ella. Es consolada por José Miguel, quien le promete que el será como un padre para su hijo. La chica sin embargo se siente traicionada y busca consuelo en Diego, quien le pide que se casen. Ella llora y se aferra al muchacho, el cual habla con Aldo y lo entera de lo que sucede. Este tiene un encuentro con Penélope, de quien ya es amante, y son vistos por Ángela.

Luis David se entera de que fue Bruno quien esparció rumores sobre él y la baronesa y lo enfrenta, pero el villano está seguro de que el ingeniero y esa mujer son amantes desde antes de que Luciano muriera. Y lo mismo ocurre entre Diego y Sergio, quienes se enfrentan por Cristina pero el villano es astuto y clava una navaja en el cuerpo del muchacho, quien es encontrado herido por extraños, a la orilla del mar, y es enviado a un hospital, donde cuenta lo que pasó y no levanta cargos por proteger a Cristina, la cual descubre a José Miguel besando Guido. Los interroga y José Miguel acepta que tiene algo que ver con el chico, recibiendo todo el apoyo de su hermana.

Luego de fornicar con Bruno, Ángela se encuentra con Penélope, a quien reclama por las malas acciones de Sergio. La hermana del hombre asegura que de cualquier forma Cristina no es inocente y el bebé que espera bien puede ser de Diego, pues es una zorra. Ángela abofetea a la mujer y asegura que la muchacha no es una cualquiera como ella, que engaña a su marido con su propio hijo. Penélope lo niega pero ante la insistencia de la criada busca a Aldo y le exige que se vaya de Isla Dorada, pues representa una amenaza para ella. El muchacho le dice amarla, la besa, y son vistos por Sergio, quien les aplaude y se burla de su idilio amoroso. El astuto hombre ha mandado a investigar al muchacho y sabe que su madre no está muerta y tampoco ha estudiado nada, sino que es un vago y ladronzuelo de poca monta. Lo entera y le propone que lo ayude a conseguir lo que desea a cambio de no delatarlo. El chico no tiene más remedio que aceptar.


Yolanda se emborracha con Sergio y sin pensar habla sobre la maternidad de Verónica. Él de inmediato se lo hace saber a Bruno, quien ata cabos y descubre que el hijo de la baronesa es uno de los hijos de Rodolfo, al que acude para extorsionar. El hombre le da una fuerte suma de dinero a cambio de su silencio y habla con Ángela de lo que sucede. La sirvienta teme a que cada vez más gente se entere de todo y la verdad de descubra. El patrón le insinúa que haga algo para impedirlo. Esta acude a Verónica y le exige que la ayude a vengarse de Sergio y luego se marche de Isla Dorada, con su hijo. La baronesa se niega y habla con Nicandro, quien busca a Eva para dejarle claro que si insiste en presionar a su hermana, la hundirá, ya que ha conseguido las pruebas que comprueban que ella es la asesina de Ignacio. La mujer sin embargo no teme a las amenazas.

Cristina se entera de la historia de la baronesa gracias a Yolanda, quien le dice que la mujer cumplió condena en prisión cuando se culpó para salvar a su hermana, la cuál la traicionó. La chica cree que Verónica es buena y que merece ser feliz después de tanto sufrimiento. Se encuentra con José Miguel y lo entera de todo. Ambos acuden al padre Asís, quien termina por convencerlos de que la baronesa de Rinaldi es una buena mujer de la que ellos nunca se deben separar. Los escucha Miriam, la cual pregunta al sacerdote de parte de quién está y tiene un enfrentamiento con él, descubriendo así que el cura apoya a Verónica, por lo que insinúa que, como todos los presbíteros, este está de parte de quien pueda beneficiarse económicamente.

Luis David habla con Olivia y esta lo entera de tener contactos, por lo que gracias a la mujer recibe información confidencial sobre la vida de Penélope y se entera del paradero de su dinero. Habla con Diego y cree que lo más conveniente es proceder legalmente, por lo que se ausenta de Isla Dorada durante un tiempo, mientras que el chico se encarga de acechar a Sergio, del que desea vengarse.

Nicandro descubre que Bruno y Eva son amantes y lo comenta con Yolanda, quien manda un anónimo a Penélope, enterándola de que los amantes se verán en el hotel. La esposa acude al lugar, donde Ángela le pide a Bruno que la ayude a eliminar a Rodolfo. Se besan y al hacer el amor son descubiertos por Penélope, quien saca a la mujer de la habitación, de los cabellos, exponiéndola y ridiculizándola tanto como a su marido. La vengativa Ángela entonces la pone en evidencia y hace saber a Bruno que lo ha estado engañando con Aldo. Al llegar a casa, el marido abofetea a Penélope y le confiesa estar arrepentido de haberse casado con ella. Le grita cuanto la desprecia y toma sus maletas para irse. Ella solo se ríe de él y le jura que regresará a ella, pues no tendrá otra opción. Él sin embargo ha tomado una decisión y busca a Aldo, al que suelta un puñetazo y le advierte que no recibirá más dinero de él y lo echa de su casa. El chico se opone, le asegura que se defenderá legalmente, pero el padre se marcha de la casa y Sergio abofetea a su hermana, pues ha dejado ir una herencia incalculable. Ella entonces lo corre a él y le pide que la deje en paz y se busque la vida, pues no lo ayudará más. Llora y Aldo intenta consolarla, pero lo corre a él también. Para solucionar las cosas, Sergio habla con su cuñado y le dice tener información sobre su hijo, enterándolo de que es un impostor y no es hijo de la mujer que dice, sino de una vieja amiga de esta y que se ha valido del paso del tiempo para engañarlo. Le muestra las pruebas biológicas que mandó a hacer y el villano, furioso, jura que se vengará del muchacho, al que enfrenta en casa y lo echa. El muchacho le dice saber sus fechorías y cuando está decidido a denunciarlo, el villano lo impide, arrollándolo con su auto. Lo lleva a la selva y allí termina con su vida, disparándole. Penélope se entera de la desaparición del muchacho y culpa a Bruno, al que exige que le diga si ha matado a su propio hijo. Lo confirma cuando este le asegura que ese bastardo no era nada suyo y que solo se atrevió a sacar provecho de él. Discuten y él la abofetea, jurando que su final será muy parecido al de Aldo.


Cristina sufre un aborto y tanto José Miguel como Verónica no se separa un solo instante de ella. Esto perturba a los abuelos, a quienes la nieta asegura que la baronesa es como la madre que siempre quiso tener. Esto desata un fuerte enfrentamiento entre Verónica y Eva, quien le jura a su hermana que si no se aleja de Cristina la matará. La hermana le pregunta si la matará igual que mató a Ignacio. No se percatan de que Bruno las ha escuchado. Este usa la información para extorsionar a Eva, ahora que conoce su identidad. Ella acude a Naganga, suplicando ayuda. La bruja le hace saber que el único medio por el cual puede callar a su amante es la muerte.

Olivia recibe información confidencial que estremece a Luis David, pues gracias a esta información él descubre que su matrimonio con Penélope es falso y que ella se ha dedicado a estafar a muchos hombres, desde su adolescencia. Acude a enfrentarla y ella le pide perdón, pues hace años, en complicidad con Sergio, le provocó un accidente para que perdiera la vida, adueñándose de lo suyo al creerlo muerto. Jura que le devolverá lo que le quitó a cambio de que él regrese con ella. Lo besa y son descubiertos por Verónica, quien cree que debe dejarlo libre y centrarse en recuperar a su hijo.

Cristina escucha a Verónica y Yolanda hablando sobre Ignacio y entera a José Miguel del secreto de la baronesa: que estuvo en la cárcel y dio a luz a un hijo. Atando cabos, descubren que Ángela es la hermana de la mujer y piden a Miriam y Rodolfo que les digan la verdad, pero ellos aseguran que todo son fantasías. Cristina entonces hace preguntas a Yolanda, quien se niega a hablar y alerta a su amiga de lo que acontece. Ella pide consejo a Nicandro, quien le dice que ha llegado el momento de que hable con su hijo. Ella busca a Luis David, quien le confiesa amarla y no tener nada que ver con su ex mujer, la cual no cuenta con que Bruno, en un afán por dejarla en la calle, descubre que lo ha estafado, por lo que la busca y la estrangula mientras la maldice por haberlo dejado en la ruina. Al darse cuenta de lo que hizo, la envuelve y guarda su cuerpo en un yate. Habla con Ángela y al saber que José Miguel es hijo de la baronesa, lo secuestra y exige a la mujer que le entregue la fortuna de Luciano a cambio de su hijo. Nicandro interviene y aconseja a Verónica que no caiga en la trampa de Bruno, con el que él intenta negociar. Este por su parte sigue extorsionando a Rodolfo, quien se niega a darle más dinero. Busca a Ángela y esta lo cita en un lugar donde le entrega sus ahorros y le ofrece una copa de vino en el que ha puesto suficiente veneno. Al ir manejando a toda velocidad, Bruno comienza a sudar y sentir que se quema por dentro por lo que pierde el control y su auto se vuelca. Aún con vida, no deja de retorcerse por el veneno que lo quema por dentro y maldice a Ángela. De pronto su auto estalla. Su muerte llena de dicha a Sergio, quien busca a Penélope para felicitarla y descubre la casa de esta echa una piltrafa. Al no encontrarla teme a que se encontrara con Bruno y da parte a las autoridades, enterándose así Luis David, quien se dedica a buscarla. Pronto la mujer aparece en el yate y su muerte horroriza a la gente y entristece a Verónica, a quien Eva busca para hacerle saber que desde su llegada han ocurrido demasiadas tragedias, pues está maldita. La baronesa le suelta tremenda bofetada y le recuerda que fue ella la que desencadenó todo.

Olivia asegura a Verónica que Luis David es un buen hombre y ha sido presa de muchos engaños, al igual que ella. La Baronesa se sorprende con las palabras de la mujer, quien le dice ser lo bastante suspicaz como para saber cuál es su relación con los Santiniesta y le brinda todo su apoyo. También la entera de la homosexualidad de Guido y como reirá cuando Miriam se entere de las preferencias de su nieto. Luego hace saber a Guido que la Baronesa está al tanto de sus intenciones con José Miguel y cuando el muchacho le reprocha el divulgar sus preferencias, la mujer le dice entonces que Verónica es la madre de José Miguel, por quien el enamorado sufre y por ello se une a Luis David y Nicandro para ayudar a las autoridades a dar con su paradero. 

Finalmente lo encuentran y lo llevan ante la Baronesa, quien lo abraza. Aparecen Rodolfo y Miriam para hacerla a un lado y estar junto al chico. El abuelo aprovecha esto para pedir a Cristina que hagan las paces y vuelva a casa. Ella acepta a cambio de que acepte a Diego. El hombre se resiste y entonces la chica es apoyada por José Miguel y Verónica, a quien Miriam acusa de separar a sus nietos de su familia. Yolanda interviene y pide a su amiga que diga la verdad, por lo que la baronesa revela que hace años Rodolfo se encargó de arrebatarle a su hijo, producto de su amor con Ignacio, pues ella fue a prisión por proteger a su hermana Eva, una asesina a la que todos conocen con el nombre de Ángela. Los hermanos se estremecen y se resisten a creer esta historia, mas Yolanda asegura que es verdad y que ellos han vivido engañados toda su vida. Los chicos exigen la verdad y entonces Rodolfo amenaza a Verónica con un arma de fuego, decidido a matarla, pero Luis David lo detiene. El frustrado abuelo llora y pregunta a su enemiga porqué siempre le ha fastidiado la vida y le quitó a su hijo. Ella asegura ser inocente de ese crimen pero el hombre no le cree. Nicandro aparece y demuestra que la asesina fue Eva, a quien el viejo enfrenta, amenazándola con su pistola. Ella se burla de él y Miriam y acepta que jugó con todos y que dio muerte a Ignacio para impedir que fuera feliz con otra. Forcejean, el arma se dispara y Rodolfo resulta herido, alarmando a su familia. Eva huye a la selva y busca a Naganga para que la ayude a destruir a su hermana. Acuden a un cementerio y hacen un conjuro que provoca que Verónica sienta un fuerte dolor que es incapaz de soportar, perdiendo el conocimiento. Todos creen que ha muerto. Sin embargo aparece el brujo Bocó, quien asegura que la baronesa está bajo el influjo de un sortilegio, mientras que Ángela trata de envenenar a Cristina contra Verónica. La muchacha la llama Eva y le exige que le diga quién es su madre, si no es la baronesa. Eva le confiesa la verdad y la chica se niega a aceptar que es la hija de una asesina y desprecia a sus abuelos, pues ahora lo entiende todo: Nunca la quisieron por ser la hija de la criada. José Miguel pide a su hermana que reparen el pasado e intenten ser felices. Esto lo apoya Rodolfo, quien siente remordimientos y confiesa a su esposa tener miedo a perder a los muchachos. La mujer no hace más que culpar a Eva, la cual busca a Cristina , quien la repudia y maldice. Eva sufre y el odio de la villana hacia la baronesa se hace mayor.

Bocó invoca a los espíritus y hace un a limpia que va limpiando lentamente a Verónica, a la vez que Eva comienza a sentir fuertes dolores y acude a Naganga, quien no puede ayudarla pues la magia se le ha regresado. La mujer maldice a la baronesa, quien al recuperarse del embrujo se aferra a José Miguel, quien la llama su madre. Lloran juntos y ella confiesa sentir paz luego de muchos años de angustia. Cristina los mira a lo lejos y llora para entonces revelar a Diego el sentirse sola en el mundo pues jamás podrá gozar del cariño de una madre. Los sorprende Verónica, quien asegura a la muchacha que en ella puede encontrar a la madre que siempre le hizo falta y la abraza junto con José Miguel, asegurando que le arrebataron a un hijo pero ha recuperado a dos. Los ha visto Rodolfo, quien vuelve derrotado a casa, donde Miriam lo consuela.

Hernán llega a Isla Dorada para conquistar a Verónica, pues se ha enterado de su viudez. Ella lo rechaza una vez más y dentro de poco el abogado descubre que la mujer por la que ha esperado tantos años está enamorada de Luis David, quien recupera la fortuna que Penélope le robó y tiene un encuentro con Sergio, el cual le pide ayuda. El ex cuñado le ofrece trabajo pero el vividor solo se burla de él pues nunca ha tenido la necesidad de buscarse la vida y no desea hacerlo ahora. El ingeniero entonces le da la espalda.

Yolanda pide a Hernán que se olvide de la Baronesa e intente encontrar la felicidad en alguien más. El abogado así lo acepta y no tiene más remedio que felicitar a Luis David por haberse ganado el corazón de su amada, a la que el enamorado pide matrimonio. No saben que Eva los acecha y se presenta ante el hombre para advertirle que su vida al lado de Verónica será un infierno. 

Ambos discuten y entonces Eva lo hiere con un puñal para luego escapar creyendo que lo ha matado pero Luis David es fuerte. Cuando la baronesa se entera de lo sucedido, manda a Nicandro y un séquito de guardaespaldas a buscar a su hermana.

Sergio no tiene dinero y pide a Yolanda que lo ayude. Ella se niega y le aconseja que se busque la vida y deje de utilizar a las mujeres. El irresponsable hombre entonces la ataca y la mujer es defendida por Hernán, quien ahuyenta a golpes a vividor. Luego se despide para siempre de Yolanda, pues está decidido a desaparecer de la vida de la baronesa. La ex prostituta le suplica que no lo haga y lo toma de la mano para entonces besarlo. Él le corresponde y ambos deciden comenzar un romance.

Nicandro da con el paradero de Eva y se lo informa a Verónica, quien se presenta ante su hermana y le pide que se entregue a la justicia y pague por sus fechorías. La villana sin embargo la ofende y le revela cómo asesinó a Caralampio y Rosaura, así como sus deslices con Ignacio, al que asesinó para acusarla a ella sin pensar que todo sería tan fácil. Le jura que nunca será feliz con su hijo, ni con nadie. Le dispara, hiriéndola, para entonces darse a la fuga. La baronesa se debate entre la vida y la muerte y al necesitar transfusión de sangre José Miguel dona la suya, para salvarla, mientras que Eva se topa con Cristina, quien le suplica que recapacite, acepte sus culpas y solo así recupere su cariño y confianza, pero la mujer, enloquecida, solo repite que Verónica tiene que morir por haberle quitado el amor de Ignacio y ahora el de su hija, quien le pregunta quién fue su padre, estremeciéndose al enterarse que es producto de una violación. La muchacha desprecia a su verdadera madre, la cual es buscada por la policía.

Rodolfo lamenta que Eva no haya matado a la que cree le ha robado todo en la vida. Harta de la amargura y necedad de su marido, Miriam se revela contra él y le exige que deje de buscar culpables y acepte que ellos lo provocaron todo al negarse a que Ignacio se casara y fuera feliz con la mujer que amaba. Busca a Cristina y José Miguel y les pide perdón por haberlos utilizado como instrumentos de venganza.

Verónica se encuentra a salvo pero sigue al acecho de Eva, quien se disfraza de enfermera y penetra al hospital con la única intención de matarla. Es descubierta por Luis David, quien alerta a la policía por lo que la asesina es perseguida. Logra perderse de la justicia, pero al internarse en la selva, en un descuido cae sobre un pantano, en el que se hunde sin que nadie la escuche para salvarla. Sin embargo su muerte es intuida por Naganga, quien acude de inmediato al lugar, descubriendo que la villana se ha hundido.

Al paso del tiempo Miriam pide perdón a Verónica, quien le promete que jamás la alejará de José Miguel, quien las lleva ante Guido y anuncia públicamente que es su pareja. La baronesa bendice ese amor y asegura que el novio de su hijo ya es parte de su familia. Lo abraza y Olivia le agradece el aceptarlo. Las dos madres se dan un abrazo y prometen cuidar de sus hijos mutuamente.

Diego pide a Cristina que se casen y lo hacen de inmediato. La muchacha sufre al pensar en Eva y Verónica la aconseja, Esta asegura a Nicandro y Yolanda que finalmente su hermana se buscó su propio final.

En su desesperación, Sergio no tiene más remedio que pedir a Yolanda un trabajo. Ella habla con Luis David y ambos deciden que el hombre debe empezar de cero, por lo que le dan un trabajo en intendencia, por lo que el vividor comienza a trapear pisos. Ella por su parte se sorprende cuando Hernán le pide que se casen y dejen que Verónica continúe su camino al lado de su hijo, pues ya no los necesita. Yolanda no desea alejarse de su amiga pero sabe en el fondo que quizás ha llegado el momento de decir adiós, por lo que habla con ella y le informa que se casará con el abogado y se marchará con él.


Rodolfo siente alivio por la muerte de la asesina de su hijo y al ver que Miriam tiene una buena relación con Verónica, acude a esta y le pide perdón, por lo que se reconcilia con sus nietos. Todos se reúnen en una hermosa celebración, dispuestos a empezar de cero.

Al paso del tiempo, a bordo de un yate, La baronesa y Luis David se entregan su amor, con el mar como testigo de la enorme fuerza de su pasión. Luego de esto, ella se viste de novia y acude a la iglesia, donde se casa con él. Ese amor es bendecido por el padre Asís y desea a todos que sean felices para siempre. Una hermosa velada se ofrece en la hermosa playa del Gran Hotel de Rinaldi, donde el ingeniero hace un regalo especial a su esposa: Le obsequia un precioso yate llamado “La Baronesa”, en el que suben introduciéndose en el mar, donde después de hacer el amor miran el amanecer y se besan apasionadamente, dispuestos a felices para siempre, mientras que fuera de una choza, en la selva, Bocó espía a la bruja Naganga la cual cuida de una perturbada Eva, a la que peina y pide que sea paciente, pues llegará el día en que pueda consumar su venganza.










Fin




























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